lunes, 22 de abril de 2013

El mimo y el mundo exterior.





El mimo y el mundo exterior.
El hombre, proyectado en el universo, permanece en una continua relación.
Consigo mismo y con lo externo, con el sí mismo y con el fuera de sí mismo. El mundo interno y el mundo externo influyen permanentemente  el uno en el otro. Lo objetivo conforma nuestros sentimientos y nuestro comportamiento, así como nuestros senti- mientos influyen en nuestra actividad externa, en nuestro trato con la materia. En el comportamiento del ser humano no existe prácticamente la neutralidad.

Cuando el mundo interior vence al exterior, el hombre actúa según su propia voluntad. Cuando el mundo exterior vence, las acciones del hombre son impuestas por el universo.

La frágil vida del hombre transcurre en este vaivén, en esta alternancia de acciones voluntarias e impuestas desde el exterior. Su instinto de conservación y supervivencia le mantiene en una constante situación trágica, de lucha contra el tiempo, la enfermedad, la muerte, la gravedad, la rebelión de las fuerzas, elementos y fenómenos de la naturaleza.

El hombre se debate trágicamente entre los dos mundos, entre dos corrientes muchas veces contrarias: su ser interior y el exterior.

El hombre tiene unas fuerzas, unos medios para sobreponerse: el instinto, la expe- riencia proveniente de la sensopercepción, la inteligencia. Y, finalmente, el hombre dispone en su lucha de una fuerza imaginativa.
La imaginación transforma la realidad objetiva llegando incluso a metamorfosearla. Así, el mimo, gracias a la propia imaginación, traspone el realismo objetivo e inventa
una realidad, a partir de la cuál, construye un lenguaje poético que provoca en el
espectador lo que llamamos emoción, y de esta emoción nace el arte.

Nuestro punto de partida, según la idea de Etienne Decroux, ha de ser la del mimo trágico, que representa al ser humano en esa lucha cuerpo a cuerpo entre su ser interior y el exterior. Así pues, el hombre puede:
a) Ir hacia el objeto, poseerlo, atraerlo, tirar de él hacia sí. b) Alejar el objeto, empujarlo, rechazarlo, evitarlo.
Siempre con la misma alternativa: hacia sí o fuera de sí. Esta es la acción del mimo.

LA CREACIÓN DE OBJETOS.

Sabemos que en mimo se puede trabajar con objetos, materias, que no existen realmente sobre el escenario. El artista puede crear en ese pequeño espacio vacío


Una infinidad de cosas, personajes, ambientes donde caminar, desplazarse de múltiples formas...

Ya hemos hecho algunas prácticas con objetos imaginarios. Su finalidad era tomar un primer contacto con ellos, visualizarlos, aprender a ser sensibles a ellos, obte- ner unas vivencias, sensaciones y manifestarlas.

Ahora tratamos de crear objetos, situarlos en el espacio, dar la impresión de su existencia. Con un gesto, un pequeño movimiento a veces, es suficiente para crear la ilusión. Eso sí, las cosas se hacen visibles y también se pueden hacer desaparecer, pero mientras están presentes, tienen un volumen que ocupa un espacio, tienen un peso, una función que hay que respetar en todo momento como norma general.

Por lo tanto, nuestro interés se centra ahora en el objeto que hacemos presente en el espacio por nuestros gestos, nuestras acciones, y mantenemos alguna relación con él. Para ello estudiaremos varias técnicas. El orden es relativo, pues de hecho, unas suponen a las otras, se interfieren, se necesitan y, en la práctica, en el trato con los objetos, concurren simultáneamente. No obstante, tenemos que ir viéndolas de forma parcial. Así pues, estudiaremos los siguientes temas:

Cualidades de los objetos Creación del volumen Manipulación
Tocar o contacto Puntos fijos Contrapeso Compensación


  
CUALIDADES DE LOS OBJETOS.

Las características o cualidades de los objetos condicionan los movimientos del mimo.

PESO

Los objetos pesan debido a su masa, a su materia, la cual puede ser de muchas clases. El objeto ofrece una resistencia, el cuerpo del mimo debe mostrar el grado de esfuerzo lógico que le supone el trato con ese objeto concreto (levantarlo, soste- nerlo, detenerlo, empujarlo...).

FORMA - TAMAÑO.

Visualizar  las verdaderas dimensiones de los objetos, individualizar las líneas, combinar unos planos con otros, etc.

Como regla general se exige correspondencia entre las cualidades del objeto y el comportamiento físico del mimo, fidelidad al volumen, forma, peso, textura de la superficie exterior o interior del objeto, a sus planos, a su contorno, etc.

No importa cuál sea el objeto, en principio, pero todos básicamente pueden ser de dos tipos en cuanto a la forma: Curvos o Rectos.


Ello da lugar a que:
a) Si el objeto es curvo (por ejemplo, una pelota)
1. La aproximación al objeto se hará con las manos planas, rectas.
2. En el instante del contacto con el objeto se hace un toc y en ese momento las manos se colocan de forma curva.
3. Este contraste de aproximarse rectas y, de pronto, con un toc, estar curvas, permite remarcar la forma curva del objeto en cuestión.
4. Al soltar el objeto (la pelota), las manos se vuelven de nuevo planas, por contraste (para indicar que el objeto ya no está en las manos).
5. Pausa. Después de crear y soltar el objeto, aunque sólo sea un instante, hay que hacer una pausa consciente, lo cual permite al mimo y al espectador tener un tiempo necesario para comprobar la ilusión.

Importante.

Si no hay ningún cambio de intención, el objeto mantiene la misma forma, volumen y peso en todo momento; por lo tanto, no variar la forma de la mano mientras se está en contacto con el objeto (en nuestro ejemplo era curva) y mantenerla con la misma tensión, no relajada, debido a que se ha de sostener un objeto que tiene un peso determinado.
b) Si el objeto es recto, realizaremos lo contrario.
1. Anticipamos en la aproximación las manos en forma curva, redondeada
(por contraste).
2. En el contacto, toc, manos rectas.
3. En el  abandono  del  objeto,  de  nuevo manos en  forma  curva, por contraste.
4. Pausa.

Importante.

El peso, la resistencia del objeto (a veces también su tamaño), obligan al mimo a que los movimientos que realiza durante el contacto, sean más lentos que en ausencia del propio objeto.

Las cualidades: el material, el peso, la inmovilidad..., del objeto manipulado, se contagian al cuerpo del mimo, en su forma de estar y de moverse, de desplazarse. Se asemeja a la función o acción principal del objeto. Veamos: si manipulo un globo, el cuerpo se redondeará, o se ahuecará en el centro, no formará aristas, ángulos; el cuerpo se moverá con ligereza, como si no pesara. Si boto una pelota, el cuerpo también botará, mis ojos seguirán mirándola en todo momento y mi cabeza se moverá como ella, vaya a donde vaya. Si se detiene, el cuerpo se para. Si manipulo un objeto de forma circular, mis desplazamientos por el suelo serán, en general, en círculo. Serán rectos cuando se trate de un objeto de formas rectas.
ver el curso completo, en el blob, el link estara en la descripcion del video.
proximo tema;  CREACIÓN DEL VOLUMEN.



5 comentarios:

  1. Quiciera saber donde puedo encontrar bibliografía respecto a este tema de mimos. Gracias.

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  2. Por favor necesito me envien a mi correo todo el material sobre el taller de mimo, me urge, debo aprenderlo lo mejor posible y reproducirlo, gracias

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  3. Mi correo es rdiaz95@gmail.com, ahi pueden enviarme el taller completo de mimo, gracias y bendiciones

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