miércoles, 1 de enero de 2014

El mundo dramático.


El mundo dramático.

 
Cuando estudiamos el género narrativo vemos que en las obras que pertenecen a él existe un mundo narrado.
 
Lo mismo ocurre en las obras dramáticas.
En ellas existe un mundo dramático; es una nueva realidad, un mundo nuevo, ficticio, pero que parece real cuando nos aventuramos a leer una obra dramática, y mucho más cuando podemos presenciar su representación escénica, es decir, cuando la vemos convertida en obra teatral.

En este mundo nuevo, literario, existen tres elementos: la acción, los personajes y el ambiente, determinado por el espacio y el tiempo. Examinemos cada elemento por separado.
La acción

Constituye la parte más importante de la obra dramática.
Tal vez recuerdes que en el mundo narrado no hablábamos de acción, sino de acontecimientos.
 
En el caso de la obra dramática, no hablamos de acontecimientos, ya que ellos no constituyen lo esencial de la obra.
No importa qué ocurra, sino el hecho de que está ocurriendo algo -lo que sea- y ese algo está ocurriendo en este preciso momento, que vuelve a ser presente cada vez que leemos una obra dramática, o que vemos una obra teatral.

Recordemos que en el caso de las obras dramáticas, no hay nadie que nos cuente los que está sucediendo; nos enteramos de ello a través de las acciones de los distintos personajes.
 
Ahora bien, la acción, o trama de la obra, como ya dijimos, está siempre basada en un conflicto, en una realidad problemática que angustia o perturba al hombre, y que suele estar manifestada en dos fuerzas opositoras que luchan entre sí: el bien y el mal, la muerte y la vida, el amor y el odio, etcétera.
Para plantearnos este conflicto, la acción consta de lo que llamamos instancias dramáticas.
InstanciasDramaticas
 
Con este nombre, aparentemente complicado, designamos a los distintos momentos de la acción que se nos presentan una obra dramática.
Estos son, la mayor parte de las veces, claramente diferenciables.

Son tres: la presentación, el desarrollo, y el desenlace.
Presentación:
es la parte inicial de la obra, cuando se nos muestran las líneas generales de lo que tratará la obra.
En este momento se deja más o menos perfilado el conflicto, aparecen los personajes que van a intervenir, y se nos muestran todas las cartas del juego.
Normalmente, en las obras que están divididas en actos, la presentación corresponde al primer acto.
Desarrollo:
es la segunda parte de la obra, generalmente la más larga.
En ella se nos muestra qué curso van tomando los acontecimientos, cómo se mueven los personajes para lograr sus distintos objetivos, y cómo va aumentando el conflicto, hasta llegar a un punto que es el de mayor tensión, donde el problema alcanza su máximo grado.
Este punto lo denominamos clímax.
La mayor parte de las veces, el segundo acto, que coincide con el desarrollo de la obra, llega a su fin una vez producido el clímax.
Desenlace:
es la parte final de la obra, donde la madeja del problema ya se ha desenredado, las cosas vuelven a la normalidad, el conflicto se acaba.
Esto no quiere decir que siempre las obras dramáticas terminen con un final feliz, ya que un conflicto puede solucionarse, por ejemplo, con la muerte del protagonista.
El final puede ser bueno o malo, triste o alegre, pero -en este momento- casi siempre el conflicto acaba por despejarse.
Existen algunas obras en las que el conflicto no se soluciona, pero eso no es lo usual.
Normalmente, esta instancia dramática es más breve que las anteriores, y suele coincidir con el tercer acto, en las obras que lo tienen.
Asimismo, hay obras en las que el clímax está en el tercer acto




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